4 días en Cracovia: La muralla, la plaza del mercado y Wawel

Aeropuerto y tren hasta Cracovia

Nos encontramos en el aeropuerto de Cracovia, después de un viaje que ya esperábamos un poco peculiar. El vuelo era de los más largos que habíamos hecho hasta ahora (2 horas y media) y el clima del país de llegada era muy diferente del nuestro. Nada más llegar ya vimos todas las pistas del aeropuerto nevadas. Vamos con bastante ropa de abrigo preparados por el cambio de temperatura. Al salir del avión vemos que no es para tanto el frío, ¡mejor!

Nada más llegar cambiamos euros por Zlotys. ¡Qué estafa! No cambieis dinero en el aeropuerto, en el centro está mucho mejor el cambio.

 

El tren que nos llevará al centro parece un poco pequeño para ser un tren. Para que os hagáis una idea era más pequeño que un tranvía de Barcelona. Parece que no viene mucho turista aquí ya que este es el aeropuerto principal.

El viaje parece que no empieza con buen pie, la mujer que vende los billetes no nos entiende con nuestro inglés de Barcelona capital, así que nos muestra la máquina de billetes que lleva donde marca precio, 12 Zlotys (unos 3 euros). ¡Vamos apañados! Nosotros, como comprenderéis no hablamos nada de polaco, por muy catalanes que seamos.

Pasados 15 minutos llegamos a la ciudad de Cracovia. Bajamos del tren y antes de entrar en la estación cojo la cámara para hacerle una foto a este tren tan peculiar. No os lo creeréis pero la cámara no funciona. Miro que le pasa y resulta que la batería no está. ¡Me la he dejado en Barcelona cargándose! ¡Muy bien David!

 

En busca de un cargador y una batería

El viaje no empieza muy bien, tenemos que ir a buscar una batería y un cargador para la cámara o no tendremos más recuerdo que las fotos de la cámara compacta y el móvil. Por suerte sólo entrar en la estación vemos que hay un centro comercial. ¡Aquí lo encontraremos! Entramos en un par de tiendas estilo Media Markt y Fotoprix de aquí. En ninguna de ellas entienden que el modelo de mi cámara es un conocido pero que es la versión japonesa. Total que perdemos casi 45 min y conseguimos un cargador universal y una batería de una marca que no inspira mucha confianza. Mejor que nada…

A dejar las maletas y a comer

Ya tenemos lo que buscábamos, podemos ir al hotel a dejar las maletas y dejar la nueva batería cargando. El hotel lo encontramos con facilidad aunque las calles tienen unos nombres un tanto extraños. Dejamos las cosas, la cámara cargando y vamos a ver Cracovia.

A todo esto aún no hemos comido así que vamos a comer lo que sea en el centro comercial. Una de las cosas que más nos sorprende es el precio de la comida. Vamos a un lugar de comida rápida donde comemos un menú de tres por menos de 10€.

Entramos en el centro histórico de Cracovia

Parece que el cargador ha funcionado, ya podemos ir hacia el centro a ver la ciudad y ¡hacer fotografías! No hace muy buen día pero al menos no llueve. Lo primero que vemos es la Barbacana. Una Barbacana era una torre de defensa que se encontraba fuera de la muralla. Al lado de esta, encontramos la muralla y la puerta de entrada al centro de Cracovia.

Cruzamos la puerta Florian para entrar en la antigua Cracovia, el centro de la ciudad.

Parece como si nos encontráramos en otra ciudad. Las casas se ven más limpias y bien conservadas y el hecho de que sea una calle peatonal también da una sensación de calma que fuera entre coches y tranvías no daba.

Sólo entrar por esta puerta nos encontramos con un lado de la muralla llena de cuadros. Los artistas utilizan este trozo de muralla para exponer y vender sus cuadros.

La plaza del Mercado de Cracovia

Seguimos caminando y visualizamos las torres de la Basílica de Santa María.

Llegamos a la Plaza del Mercado de Cracovia, Rynek Glowny en polaco, y marcan las 4:30 de la tarde. Suena el reloj de la Basílica, se escucha una trompeta tocando una melodía tradicional polaca que se detiene de golpe. Esta tradición se remonta al siglo XIII cuando un trompetista fue abatido con un disparo mientras hacía sonar la alarma antes de una invasión.

Para entrar un poco en calor decidimos entrar en el mercado, pero nuestra sorpresa es que no es un lugar cerrado. Todas las puertas están abiertas y hace el mismo frío que fuera. Miramos las paradas de souvenirs, ajedreces de madera, pieles…

Salimos por la puerta más cercana a la iglesia de St. Wojciech, pero no entramos porque habíamos leído que se tenía que pagar y que no valía la pena. En el otro lado vemos la torre del Ayuntamiento, a la que queremos subir, pero lo dejamos para otro día a ver si hace mejor tiempo.

La colina de Wawel y el dragón

Antes de que se haga más tarde y empiece a oscurecer nos dirigimos hacia la colina de Wawel, donde visitaremos el castillo de Wawel. En esta zona encontramos más nieve y subimos hasta arriba con cuidado de no resbalar con el posible hielo que haya en el suelo.

Una vez dentro del Castillo de Wawel nos encontramos con una estatua de Juan Pablo II, todo un símbolo para los polacos.

La Catedral de Wawel es impresionante por su mezcla de estilos arquitectónicos. Obispos y reyes de Polonia la fueron modificando a lo largo de la historia según sus gustos. Quizás gracias a que cada uno fue poniendo su estilo, esta catedral, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto con el centro histórico de la ciudad. Aunque es muy bonita nos hemos quedado con las ganas de verla con un día soleado y un cielo azul.

Desde el Castillo podemos ver una parte del río Vístula. A continuación bajamos por la zona del río para ver la estatua del dragón, todo un emblema de la ciudad. Cuenta la leyenda que el dragón vivía en una cueva en esta colina y que atemoriza al pueblo. El rey Krakus deseoso de acabar con aquella bestia ofreció la mano de su hija a quien lo matara. Muchos caballeros lo intentaron pero murieron en el intento hasta que un artesano dejó una piel de cordero con azufre en la puerta de la cueva del dragón. El dragón se la comió y bebió tanta agua del río Vístula que le explotó el vientre.

Junto a Wawel vemos un mapa señalando que empieza el barrio judío. Nosotros lo visitaremos más adelante. Ha sido un día muy largo ya que nos hemos levantado a las 5 de la mañana, así que decidimos volver al hotel para descansar.