Al tratarse de una estancia de un solo fin de semana, buscábamos un alojamiento que estuviera lo más céntrico posible. Estamos acostumbrados a viajar de albergues así que tampoco tuvimos muy en cuenta la categoría del hotel, y menos siendo París, donde puedes encontrar hoteles a precios astronómicos. Nuestra intención era buscar un albergue, pero viendo como estaban los precios y su localización vimos que no valía la pena ya que por un poquito más podíamos tener más comodidades.
Estancia
Por las fotografías que habíamos visto pensábamos que nos alojaríamos en la parte antigua del hotel, ya que eran las habitaciones más baratas que encontramos, pero para nuestra sorpresa tuvimos una habitación totalmente reformada, con decoración muy moderna y muy confortable.
Localización
Es el punto más fuerte del Hotel Choiseul Opera. Lo escogimos porque los comentarios decían que la localización era inmejorable, y así era. Está entre la Opera y el Louvre, muy cercano a tres paradas de metro, Opera, Pyramides y Madeleine. La de Museo del Louvre no queda muy lejos tampoco, en 10 minutos andando se llega fácilmente. Un total de seis líneas con las que llegar a casi cualquier punto de la ciudad.
Servicios
Una de las ventajas de viajar a un hotel es que nos evitamos tener que llevar toallas. El hotel tenía conexión WiFi gratuita para los clientes. El servicio de calefacción era muy bueno, a pesar de hacer mucho frío fuera, por la noche pasamos incluso calor.
El ascensor es antiguo y pequeño, así que si lleváis maletas grandes tendréis que hacer varios viajes. Como sólo teníamos contratado el alojamiento no podemos dar nuestra opinión del desayuno. Si no queréis pagar alojamiento mas desayuno, a dos calles hay Starbucks, McCafé y una cafetería Paul.
Personal
Recibimos muy buen trato de parte de la gente del hotel, que no nos pusieron ningún problema por hablarles en inglés ni por dejar las maletas el último día en las taquillas.
Valoración final
En general nuestra valoración del Hotel Choiseul Opera es un 9.5 sobre 10. La única pega que tiene es que es una calle donde hay bares musicales, y por la noche se oía música. Aún así, no molestaba como para no poder dormir. Cuando volvamos a París no dudaremos en volver.