Qué ver en Osona: Ruta por Cantonigròs, Rupit y Tavertet

¿Estás pensando en hacer una excursión? ¿No sabes qué ver en Osona? En esta entrada os explicaremos una ruta que hicimos a la comarca de Osona. Fue totalmente diferente a lo que teníamos planificado. ¿Quiéres saber qué pasó?

La primera vez que nos dieron ganas de visitar la comarca de Osona fue cuando nos hablaron de la Foradada de Cantonigròs. La Foradada es un espacio en medio de la montaña de Osona donde hay un salto de agua, y si vas en verano te puedes bañar. Pero nosotros decidimos coger el coche e ir, en pleno invierno.

Cantonigròs está a poco más de una hora en coche desde Barcelona. Nos levantamos temprano para poder aprovechar el día. Nuestra intención era ir a la Foradada y después veríamos algún pueblo de por allí. Pero no fue exactamente así.

La Foradada de Cantonigròs… ¿seguro?

A las ocho de la mañana ya estábamos en Cantonigròs , pero poco antes de llegar la niebla comenzó a espesarse. Yo no soy de conducir fuera de la ciudad, así que no lo pasé muy bien durante el camino hasta allí. Para empezar no sabía ni cómo se encendían las luces antiniebla del coche, suerte que con un vistazo al manual vimos como se encendían. Por si no lo sabíais, si no las llevas puestas te pueden poner multa!

Al llegar a Cantonigròs buscamos el campo de fútbol, que es donde empieza la ruta andando hasta la Foradada. Al cabo de un rato de dar vueltas en un pueblo lleno de niebla, como si se tratara de una película de terror, lo encontramos.

La niebla seguía espesa, y sin haber hecho la ruta pensamos que era arriesgado meterse en medio de la montaña. Decidimos desayunar para ver si mejoraba el tiempo, pero media hora después lo vimos claro: nuestro plan había fracasado. Además, la chica que nos atendió en el restaurante nos terminó de convencer de que no era una buena idea.

El plan B era ir a ver los pueblos de Rupit y Tavertet, pero acabó siendo nuestra excursión principal. Aparte, hacía más frío del que esperábamos y meternos dentro del coche era la mejor opción en ese momento.

Antes de llegar al coche vimos un caballo en un jardín de una de las casas del pueblo. No tenía pinta de estar de muy buen humor, pero se dejó hacer alguna que otra fotografía. ¡Cómo se nota que somos de ciudad, cuando vemos un animal nos ponemos a hacer el turista!

Visita al pueblo Rupit

Subimos al coche, encendimos las luces antiniebla (¡ahora sí!) y cruzamos los dedos para que en Rupit hiciera mejor tiempo del que estaba haciendo en Cantonigròs.
Al llegar a Rupit aparcamos en un parking en el que te obligan a aparcar que cuesta 2 € por todo el día. Una vez aparcamos, nos informamos en la oficina de turismo de lo que tenía para ver el pueblo.

El pueblo de Rupit es un imprescindible a visitar si vais a Osona. Como sitios destacados hay el puente colgante, la iglesia y poco más, es un pueblo muy pequeño. Lo mejor es dar una vuelta por el pueblo e ir viendo todo lo que tiene.

Cómo llegar al Pueblo de Rupit

Ruta por Osona al Salt de Sallent de Rupit

Desde Rupit hay dos rutas por la montaña, la que al Salt de Sallent y una más larga y circular que vas hasta la Ermita de Santa Margarita. La primera era de una hora y poco ida y vuelta, y la segunda de más de dos horas. El día en Rupit era mejor que en Cantonigròs, no había niebla pero aún así tenía pinta de empezar a llover en cualquier momento. Por ello decidimos hacer la ruta corta y ver el Salt de Sallent.

Para comer nos hicimos un bocadillo de llonganissa de Rupit con una barra de pan de coca: una alternativa barata a comer a un restaurante, y comiendo algo del lugar que visitábamos. Ya íbamos preparados desde casa con tomates y cuchillos.

Después de comer fuimos hacia Tavertet. Está a una media hora desde Rupit en coche, si se va por un atajo que nos dijeron en la oficina de turismo. Si hacéis caso al GPS, daréis un poco más de vuelta.

Visita al Pueblo de Tavertet

Lo mejor del pueblo de Tavertet son las vistas. El pueblo está construido cerca del precipicio de la montaña y debajo se ve el Pantà de Sau. Hay una ruta andando desde Tavertet el Pantà Sau, pero nos la guardamos para la próxima visita, ya que teníamos que volver a Barcelona el mismo día y si no se haría tarde.

Este fue nuestro día en Osona. Aunque no pudimos hacer lo que teníamos planificado nos gustó mucho. Un día intenso que hizo que sólo llegar a casa cayéramos dormidos en la cama. ¡Foradada de Cantonigròs, volveremos!